Cuando hay un deseo sexual en colación a cualquier normalidad en cualquier momento, es adecuado el desahogo aunque no siempre sea eufórico y sensacional como el imposible remplazo del sexo. Doy preámbulo al hecho de estar sentado en la mesa de a lado de una persona mayor, que con unas par de sonrisas provocadas por la platica que tenia con mi amigo (que se ha ido), se entrometió sutilmente a nuestro espacio de interacción. Claro esta que no me incomodó los gestos de cosquilleo que le provocamos y que lo haya hecho notar. Por que lo hizo? Seguido de disponer pequeños pretextos para iniciar platica con ella y desviar nuestra comunicación, con poco énfasis pero bien claro anuncio su soltería y nombró al exmarido. Su aspecto es el de una jovencita, usa botas (de peluche) una playera beige casual, un collar que combina con sus aretes de color plata. Sus lentes son de marco grueso de color negro y café y tiene el pelo alborotado. Yo le calculo unos cuarenta, edad a la que nos imaginamos los de 20. Puedo garantizar lo aterrador de su sexo, el desboco enérgico al utilizar el deseo y resistencia sicalíptico del joven. No habría mas que postrarse desnudo enfrente de ella y cederle las riendas de la noche si intentar probarle nada ni presumir la pequeñísima experiencia en comparación a la suya. Se hace tarde, es hora de ir a trabajar. Pretendí olvidar unos apuntes del restaurante que curiosamente tenían mi nombre y no solo eso, mi teléfono.
